Benesse House Museum
Benesse House Museum abrió sus puertas en 1992 como un centro de integración de un museo con un hotel, basado en el concepto de "coexistencia de la naturaleza, el arte y la arquitectura." La instalación consta de cuatro edificios, todos diseñados por Tadao Ando: Museo, Oval (inaugurado en 1995), en parques y playas (tanto abierto en 2006).
El Museo, que realiza la función principal del complejo de mostrar el arte, es una imponente estructura abierta al mundo exterior, y los visitantes pueden sentir la presencia de la naturaleza, incluso en el interior del edificio.Además de las obras de su colección, el museo también contiene instalaciones site-specific permanentes que los artistas han creado especialmente para este edificio, la localización de las instalaciones por su cuenta y el diseño de las obras para esos espacios. De hecho, las obras de arte del Museo se encuentran no sólo dentro de sus galerías, sino en todas las partes del edificio, así como en lugares dispersos a lo largo de la orilla del mar que bordea el complejo y en el bosque cercano. Uno de los placeres de visitar Benesse House está encontrando inesperadamente obras de arte, no sólo dentro de las paredes del museo, sino también mientras se pasea por los jardines, disfrutando de la abundante belleza natural de la región del Mar Interior.
http://www.benesse-artsite.jp/en/El museo se encuentra en Naoshima , que es un lugar que quiere escapar del mundo. Está en Japón (geográficamente hablando) pero podría ubicarse en ninguna parte. Eso es lo que pretende. Huir de la vida cotidiana y envolver a quien cruza el mar Seto Inland en una colección de obras de arte y la arquitectura de Tadao Ando.
El destino de lo que hace 58 años era una solitaria isla de pescadores viró el día que el empresario Tetsuhiko Fukutake decidió que ése sería el suelo para llevar a escena su convicción del poder transformador del arte.
En 1971 el editor fundó la colección Fukutake y ocho años más tarde empezaron las exhibiciones de arte. El empresario murió pero la semilla de Benesse Holdings estaba sembrada. Su hijo, Soichiro Fukutake, tomó la estela y siguió construyendo lo que llaman “el distrito cultural y educacional de la Isla de Naoshima”.
En 1995 recibió el nombre por el que se conoce hoy: Benesse. La palabra, de origen latino, significa “vivir bien” y con ella quieren difundir una filosofía que proclama que la mezcla de arte, naturaleza, historia y arquitectura conduce a un progreso más armónico. La familia que construyó su imperio de la editorial Fukutake considera que“la cultura y la ética configuran un país” y que “la economía es una servidora de la cultura”.
Elevaron esta fortaleza artística de 9.859 metros cuadrados en un lugar privilegiado de Japón donde cada trozo de suelo y de pared llaman al silencio interior.
En los años 90 decidieron que el arte no podía ser un lugar de paso. Debían ofrecer una estancia más profunda que incluyera alimento y sueño. En su obra Remain in Naoshima. Naoshima Contemporary Art Museum, editada por ellos mismos, cuentan que se les planteó una cuestión: hacer un “museo con un hotel” o un “hotel con un museo”.
El orden de las palabras es lo de menos. Lo hicieron. En 1992 inauguraron la Casa Museo Benesse, un edificio del arquitecto Tadao Ando, que alberga salas de exhibición con habitaciones de hotel, restaurante, cafetería y biblioteca. Los visitantes al museo solo entran a las salas de exposición y a la cafetería, pero los huéspedes se mueven libremente por todo el espacio. Los recintos que muestran obras de Jackson Pollock, Jasper Johns oFrank Stella permanecen abiertos para ellos las 24 horas del día. En las habitaciones, el restaurante y los alrededores del edificio también hay piezas que, en esta ocasión, son exclusivas para huéspedes.
Esta filosofía de promover el arte incluye, incluso, posarlo sobre los sueños. Hay pinturas originales en la cabecera de cada cama. Pero este arte es apto únicamente para el que esté dispuesto a pagar generosamente por ello. En el alojamiento, la comida y en cada uno de sus museos.
Dice el escritor Hatje Cantz, en el libro Naoshima. Naturaleza, arte, arquitectura, que este espacio se diseñó para invitar a cada individuo que lo visitara a reflexionar sobre qué podía hacer por su sociedad. Querían que fuese un lugar alejado de lo cotidiano, destinado a “proporcionar inspiración a quienes intentan conducir el desarrollo de un país con un profundo sentido de la originalidad”. Algo así como una gasolinera para llenar con arte y ética el depósito mental de empresarios y personas responsables de construir el mundo.
Por eso dicen a sus inquilinos que la conexión con el mundo exterior solo puede producirse en la librería y en la cafetería del Art House Project. Es decir, wifi a cuentagotas, como en el resto del país.
Casa Museo Benesee
El espacio para hospedaje creció en 1995. Ese año inauguraron Benesse Casa Oval. Lo hizo el mismo arquitecto, Tadao Ando, con la intención de mimetizarlo con la naturaleza que le rodeaba. El japonés le dio esa forma para que desde su tejado se pudiese ver una vista panorámica del mar Seto Inland. En su interior, unas cataratas bajan por una escalera en una metáfora del agua que desemboca en el océano y, detrás de un pasillo envuelto en cristaleras, aguarda un tren minúsculo que baja una pequeña colina hasta llegar al museo de arte contemporáneo.
El oval
El complejo cuenta, además, con una zona en la que han ubicado, en la hierba, varias esculturas (llamada Parque) y la calabaza amarilla de fibra de vidrio creada por Yayoi Kusama que estiran con furor en su merchandising (Playa).
La calabaza amarilla
El arte continúa en los museos Chichu y Lee Ufan. Ambos, otra vez, de Tadao Ando. El primero guarda pinturas de Claude Monet, trabajos de luz de James Turrell e instalaciones de Walter de María. El segundo, de tan solo tres recintos distintos, es la última incorporación de Benesse Holding (2010). Todo el trabajo es del artista coreano Lee Ufan y los únicos materiales que emplea son cemento, piedras, pintura y la luz artificial de un proyector. La arquitectura del edificio simula la sensación de paz que produce la naturaleza. La intención es inducir a la meditación mediante la máxima sencillez, el silencio absoluto y la desnudez de zapatos.
Museo Lee Ufan
Naoshima reside lejos del mundo. Incluso lejos de Japón. No es un lugar conocido. Ni tampoco rabiosamente accesible. Aquel espacio se mueve en el arriesgado filo de un arte que eleva el pensamiento a otros habitáculos y un arte caprichoso del que acostumbra a nadar en yenes.
La calabaza roja
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En el interior |
"El arte debería ser una parada obligatoria en la vida de una persona."
BHM pretende ser el lugar donde el hombre se para a observar en paz; ¿o acaso no es eso lo que le sucede cuando contempla la Naturaleza, el Arte, o se encuentra en un lugar de descanso? ¿acaso no son entre ellos la misma cosa?
Este museo nos brinda la oportunidad de contemplar el Arte en la mejor de las condiciones: quietud ambiental y personal; donde no hay el estrés de la vida diaria que nos arrancaría a golpe de manecilla de reloj de contemplar la obra de arte que nos tiene absortos. Porque normalmente visitamos museos en grandes ciudades, apurarados por el tiempo para ver monumentos, o para ir a trabajar y en BHM esto se anula; es tiempo del disfrute.
Además, por aislado de la civilización que se encuentra el Museo, lo que le procura este ambiente tan maravilloso, lo que no hace es apartarse de sus contemporaneos : además de grandes figuras orientales, en él podemos encontrar obras de artistas de la talla de Giacometti, Hockney, Jasper Johns, Warhol o Nauman.
Podría ser esto otro giro de tuerca sobre el acercamiento al Arte, en el que por fín alguien se preocupa de que el estado del receptor sea lo más adecuado posible para vivir la mejor experiencia con la obra.